Consejos para lavar la ropa de cama.
Hay una mejor manera que simplemente metiendo todo junto en el lavarropas 😉
La cama ocupa un lugar (y un momento) muy importante en nuestro día a día. No por nada siempre procuramos estar lo más limpios posibles antes de meternos, e incluso evitamos a toda costa recostarnos en ella con nuestra vestimenta de calle.
Por eso, el lavado de la ropa de cama debería ser igual de especial, para procurar que queden limpias de verdad. No sólo por la vida útil de los textiles sino también por nuestra salud.
¿Cada cuánto?
- Las sábanas deberían cambiarse y lavarse una vez a la semana.
- Los edredones, fundas nórdicas y colchas menos seguido, pero sí es conveniente cambiarlas cada 15 días.
¿Por qué?
No hace falta que te digamos que no importa cuánto limpiemos, siempre quedan finas capas de polvo alrededor de la casa. Y el dormitorio no se queda afuera.
La acumulación de polvo en las habitaciones provoca la aparición de ácaros (insectos microscópicos que suelen encontrarse en distintos tejidos), cuya presencia puede generar asma y alergias.
Y no sólo tenemos a estos invasores en nuestras camas, sino también a nuestras propias células de piel muerta (desprendemos aproximadamente 50 millones por día).
Antes de lavar.
Al momento de sacar las sábanas para cambiarlas, no las sacudas mucho. Esto sirve para evitar que las bacterias se esparzan por el aire y las superficies del dormitorio. También, si podés, evitá dejarlas en el piso mientras hacés la cama.
Siempre ventilá tu habitación abriendo las ventanas, por mínimo 5 minutos. Y especialmente cuando estés cambiando la ropa de cama, dejalas abiertas hasta que termines.
- Bonus: si tenés una aspiradora de mano, podés aspirar el colchón antes de colocar las sábanas limpias. Este es un gran lugar de acumulación de ácaros y bacterias, así que nunca viene mal una limpieza extra.
Cómo limpiar.
Lo principal es seguir las indicaciones del fabricante para saber cuál es la manera correcta según el material del que esté hecha
Por eso lo ideal es lavar las sábanas, colchas, frazadas por separado, ya que al ser de distintos materiales, es probable que tengan un proceso distinto de lavado.
- Agua fría o tibia. Para los tejidos sintéticos.
- Agua tibia o caliente. En el caso de las sábanas de algodón, lo mejor es utilizar un programa de lavado de 60º, e incluso a 90° (si se puede).
Bonus: unos desinfectantes naturales geniales (y económicos) son el agua oxigenada y el bicarbonato de sodio. Agregando unas cucharaditas por encima de la ropa, te garantizamos que tus prendas van a salir extra limpias.
Secado y guardado.
Lo ideal es secarlas a la intemperie, ya que la luz del sol y el calor que genera son súper efectivos para eliminar microorganismos de los tejidos.
Si no tenés espacio para colgarlas pero si tenés secadora, genial. El calor de este aparato imita el efecto desinfectante del sol.
Y si no podés colgarlas al aire libre ni tenés secadora, pero tenés una plancha, adelante. Lo importante es darles calor 😉
- Siempre cerciorate de que la ropa de cama quede bien seca antes de guardarla.
Esperemos que te sirvan estos consejos para mejorar un poquito más tu calidad de vida (y la de tu ropa de cama 😄).
Recordá compartirlo y si querés saber un poco más sobre el cuidado apropiado de los textiles, esta nota sobre el lavado correcto de toallas podría interesarte.
Excelente nota…,!!!!Muy interesantes consejos… prácticos…!!!